Bueno, primer acuatlón de la temporada,el primero de mi vida, y buenas sensaciones excepto en la parte de la natación y en las transiciones(todo se arregla con la experiencia). Cuando realize unas buenas transiciones, que no me cuesten gran parte de la carrera, habrá que celebrarlo.Pero entrando en lo serio la carrera no fue nada mal, realize un tercer puesto, aunque con un sabor amargo a "esta es mi prueba y debo aprocecharla". El día se presentó bueno, quizas excesivo de viento que provocó oleaje incómodo. El acuatlón empezo con 1 km de carrera a pie en el que hize un tiempo de 3' 16", una vez acabado llego a los boxes, me pongo el gorro, me quito las zapatillas (a mi parecer todo iba bien) y ya estaba listo para la natación, un pequeño resvalón en las piedras, pero nada grave, me vuelvo a equilibrar y...¿cuál fue mi sorpresa? a los cien metros de nado comienzo a sentir como que algo se me escapa de la cadera, sí, nada más y nada menos que ¿cómo pudo llegar ahí?...¡un dorsal!...¡es el mío!. Después de esto me paro, me lo pongo en el hombro, me pasan, se me acercan, me vuelven a pasar, y se me vuelven a acercar. Bueno, acabo los 300 mts en un total de 5'08", tiempo malo si tenemos en cuenta que en piscina, en esa misma distancia, me hago 3'34" (los factores que se presenten influyen mucho). Después de volver a subir la piedra comienzo a pedir perdón(creo que funcionó) y pierdo tiempo. Me pongo las zapatillas, el dorsal ya lo llevaba, y comienza de nuevo la carrera de 1km a pie. Se desarrolló más o menos bien intentando cazar al segundo, la completé en un tiempo de 3'53"(lento). Y llegué a meta el tercero, con amplia diferencia con el cuarto y a cuatro segundos del segundo, está bien si se tiene en cuenta que los dos primeros me sacaron entre unos 15-20 segundo en el agua (fatal). Ahora estaba a la espera de saber si los juezes me habían descalificado. Cuando ponen las listas mi nombre aparece en el tercer lugar. En total hizé un tiempo de 12'17"(es increíble lo que se puede hacer en ese corto período de tiempo). En conclusión, de las carreras cortas no hay que fijarse ni en la distancia ni en la estrategia, sino en correr como un jabato.
