PASADO, PRESENTE Y FUTURO...

No sabría deciros a ciencia cierta si aquel 1 de febrero fue para mí un mal día. Quizás, no deberíamos quedarnos con las malas sensaciones y asimilar lo negativo de los problemas. Yo, más bien, considero esta experiencia como purificadora y necesaria. No sé, pero todo el sufrimiento que me ha podido y que me está proporcionando aquella caída sirve como proceso de madurez y esto es, a su modo, positivo ya que me completo como persona.

Por orden de cosas que pensé en aquel momento fueron: ¡mierda, con lo bien que estaba!, ¡ahora que empieza la temporada de duatlón!, ¿y todo el trabajo acumulado hasta la fecha?, ¿y los buenos resultados que estaba consiguiendo?. Podrá parecer de locura, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza el estado de mi salud, es más, quise llevar la bicicleta a mi casa. Pero luego sucedió lo que vosotros ya sabéis. Es por esto, por lo que he tenido mucho tiempo para pensar, y analizando una serie de hechos que me estaba sucediendo con bastante frecuencia no paraba de pensar: ¿es que el destino no quiere que practique deporte, que intente mis sueños?. Una oleada de pensamientos trágicos, peores que este, me rondó la cabeza durante el tiempo de la lesión causando en mi mente trastornos psicológicos, en casa, preocupantes. Es decir, no digo que estuviese loco,no, pero sí que cambió radicalmente mi forma de pensar. En casa, era todo negativo y, al fin y al cabo, esto nos induce a: cambios de personalidad, hastío, soledad, etc.

Y ahora que he vuelto, debería estar contento, que lo estoy, pero es como que no he conseguido aclarar mis expectativas para esta temporada. Es más, no quiero ni pensar en ello, porque es de tal dimensiones el trabajo y todo el sufrimiento que voy a tener que hacer y tener que nada más que de pensarlo me asusto, porque creo, o estoy seguro, de que mi mente se colapsaría. Por eso, lo que quiero más bien es dejarme llevar, así, al igual que en los ríos, quiero ser esa agua que fluye sin compromiso por su cauce hasta llegar a su desembocadura. Sí que es cierto, por otro lado, que tengo por delante muchas kilometradas, y cuando digo kilometradas lo digo en su sentido total y completo, literal, por esto mismo no os asustéis si a la segunda semana me veis haciendo series a pie, muchos metros en el agua, o bicicleta casi todos los días. Sé, también, que con esto me contradigo pues os preguntareis:si quieres dejarte llevar¿porqué quieres acelerar el proceso?. Bien, si alguna vez me hicieseis esa pregunta os diría: no es que quiera acelerar mi vuelta, siendo consciente de los riesgos que sobrelleva, es más bien que me siento atraído a ello. Y es que, el entrenamiento sufrido es algo que, como en el amor, te hace sufrir tanto que lo llegas a querer como si se te fuese la vida en ello. Digamos que mi dosis diaria necesaria no está completa si mi cuerpo no siente aunque sea un pequeño resquemor. Es por eso, por lo que esta primera semana de entrenamientos la hago muy relajado y sin prisas, más bien pensando en mi cuerpo, y ,como me ha pasado, si me tengo que parar a andar, ando, si quiero descansar, descanso.

Así pues, y en conclusión, si realizo un resumen en general os diría que:" al pasado lo estoy olvidando, el presente lo sobrellevo y el futuro ya vendrá"